jueves, 17 de noviembre de 2011

Pizza, birra y tristeza


Dos vasos altos. Dos personas de diferentes edades, probablemente madre e hija, brindan con Stella Artois en el bar “Vía Pacífico” de avenida Santa fe y Godoy Cruz. Toda la gente charla, toma cerveza, prueba distintas variedades de pizza: fugazzetta, muzzarella, napolitana, de jamón y morrones, con palmitos.
            Ella, sin embargo, no prueba nada. Solo mira su celular y llama. Ocasionalmente se refriega los ojos e intenta no dar muestras que está aburrida, cansada y con ganas de “patear el tablero” para no quedarse sola como esta vez. Alrededor de ella, el mundo ebrio y comilón se mueve con algarabía, mientras su imagen permanece inmóvil, sin tiempo ni espacio.
            Únicamente pide un porrón de Heineken para que no la echen del lugar, se acuesta sobre la mesa y se levanta con cara de hastío y tristeza. Los colores que viste acompañan su estado de luto.
Vuelve a mirar el celular y a llamar. Cuando finalmente la atienden, los papeles se invierten por 10 segundos: el bar permanece inmóvil ante el  grito de ella. “Sos un imbécil”, dice, e inmediatamente después llega el mozo con su porrón de Heineken.
            Paga en el instante en que le sirven. Toma solamente lo servido en el vaso, se arregla los pelos y se va directo a la puerta mientras más de uno del bar la mira de reojo. El mundo ebrio y comilón sigue en algarabía. Ella se va caminando por Godoy Cruz.

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